¿A partir de cuánto es corrupción?

Hace bastantes años, a principios de los 90, un ex-director de RRHH de SEAT, me comentó cómo había recibido una «delegación» de un sindicato que le había pedido un coche para su líder. Éste, según parece, necesitaba uno y ellos habían pensando que SEAT podía poner a su disposición uno que no fuera demasiado ostentoso, por aquello de las apariencias. Por supuesto, SEAT lo hizo.

Hoy en una conversación, hablando sobre corrupción (por desgracia un tema de plena actualidad) narré esta historía y cuál no fue mi sorpresa cuando me negaron que este hecho pudiera ser considerado corrupción. Me ha dejado bastante perpleja porque, tal y como yo lo veo, ese líder sindical utilizó su posición para obtener un bien que, de otra forma hubiera tenido que pagar. Sea poco (sobre todo si compara con los niveles actuales) o mucho, bajo mi punto de vista, corrupción es corrupción.

Me retrotrajo a una anécdota que viví hace unos 5 ó 6 años. Tenía que impartir un taller en el Parador Nacional de Córdoba. Tengo la costumbre de llegar con bastante antelación para comprobar que todo está en orden y tener tiempo de reacción si algo falla.

Una vez comprobado que todo estaba bien y viendo que aún me faltaba bastante tiempo para el comienzo de la sesión, me dirigí al salón de fumadores (en aquel tiempo aún estaba permitido fumar).

Era una sala enorme, dividida en dos por una gran pantalla de plantas. Al otro lado había tres personas hablando, una mujer y dos hombres. Me disponía a hacer una llamada cuándo escuché un comentario que por poco hizo que se me callera el teléfono de las manos … algo así como … hasta qué cantidad uno podía disponer de dinero público para uso propio y a partir de cuál se podía considerar que era corrupción.

Os podéis imaginar que en ese momento toda mi atención se dirigió hacia la conversación que estaba teniendo lugar al otro lado de la sal, aunque creo que mi sobresalto les debió indicar que estaba allí, puesto que cambiaron rápidamente de conversación y comenzaron a hablar sobre las bondades y el buen hacer de los políticos, entre otras cuestiones.

Fue tal la indignación que sentí que pudo sobre mi. Al salir decidí hacerlo pasando por delante de ellos y, al abrir la puerta me volví y les pregunté ¿son ustedes políticos? sí, me respondieron con sonrisa «profident». Me quedé mirándolos y les dije algo así como «una pena y una vergüenza que en vez de velar por el bienestar del estado, sólo velen por su propio bienestar».

¿A partir de cuánto es corrupción? ¿corrupción no es comenzar por un coche? ¿o cómo pensamos que se llega a la corrupción actual?

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5 comentarios sobre “¿A partir de cuánto es corrupción?

    1. Buenas Mariano, bueno, tanto como la intención, si al final no lo llega a hacer … pero sí, da igual que sea 50€ que un millón, ese dinero es público y ha de gestionarse bien, puesto que irá en beneficio de todos.

      Saludos :)

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  1. Mi adorable Mercedes, la cuestión de cantidad es pura cuestión de oportunidad, lo esencial es la intención. Con sólo pensarlo ya es corrupción, la cuantía es irrelevante. De hecho, a efectos legales de condena la cuantía apenas incide, casi da igual que robes un jamón por necesidad para dar de comer a tu familia necesitada que te apropies de la caja de los ciudadanos de un sin fin de millones.

    Lamentable pero real como la vida misma.

    Buenas noches y mil @}–}–}—–

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    1. Muy buenas mi querido amigo! … 100% de acuerdo contigo que la cantidad es lo de menos, lo que no es comparable y me parece tremendamente injusto es que sea igual que robes por necesidad para comer, que un señor que lo tiene todo, eso me parece indecente!

      En efecto!

      Un abrazo :)

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