Cómo superé ataques de pánico: Del miedo a la cautela

Hace bastantes años sufrí una agresión que para mí fue un auténtico trauma y que me llevó a padecer algunos ataques de pánico.

Hoy escribiendo a una persona sobre ellos, me decido a compartir con vosotros la técnica que me sirvió para superarlos, por si a alquien más le puede venir bien.

Aviso, no soy doctora, ni psicóloga, ni terapeuta. Mi profesión es otra, aunque reconozco que tiene algo en común -desarrollo profesional y organizacional. Digo esto porque no tengo ni idea de qué diría un profesional de la psicología sobre ella (la técnica). Además, me imagino que cada uno la ha de adaptar a su propio miedo y a sus propias circunstancias.

——–

Un ataque de pánico es tremendo, irracional. Sientes pánico y lo sientes. A mí me fue útil intentar «racionalizar» ese estado. Preguntarme «miedo … ¿a qué?»

Como os podéis imaginar eso no fue la primera vez que lo sufrí. Esa vez, bueno, cerré con llave, recorrí la casa una y otra vez y me senté en el salón, con los brazos rodeando las piernas y tela, hasta que se me pasó pero pasó y tras unos días un tanto intranquila, lo dejé pasar … hasta que apareció en una segunda ocasión y ahí me planté (tras el ataque), porque si había venido una segunda vez, era posible que llegara una tercera.

Asi que para la siguiente me pillo un poco más preparada … ¿Qué estaba pasando? ¿miedo a qué? … sentir y vivir la sensación, observarla. Sabía que era temporal y que desaparecería, lo que me ayudaba a sentir menos pánico, por lo que fuera …

respirar hondo, volver a respirar … inspirar profundo, hasta el abdomen, expirar imaginando que todo lo «negro» sale ….

y según iba sintiendo un poco de calma, a poner calidez en el lugar en el que estuviera (normalmente mi casa), poner una música que ayudase, velas … como a cada cual le haga sentirse bien, a gusto …

Según los ataques de miedo fueron siendo más fáciles, pude comenzar a identificar cuando se acercaban y al primer pensamiento sobre ello, lo paraba con un ¿para qué? ¿para qué voy a sentir miedo? ¿voy a dejar de vivir/ir/… por el miedo? NO ¿verdad? … así que ¿para qué sentirlo? …. una especie de diálogo conmigo, hasta que la emoción terminaba por transformarse en otra.

Hoy en día es muy raro que lo sienta pero cuando siento un «atisbo», hago caso, reviso lo que estoy haciendo, cómo …. por si acaso y actúo en función de lo que encuentre.

El miedo puede paralizar, la cautela prevenir.

——

Como dije al principio, a mí me ha servido y me sirve. Por la situación que tenía, lo hice sola, aunque llevaba una buena parte andada de la causa que los originó y esa primera parte, la hice acompaña de amigos y profesionales que me ayudaron y mucho. Me hicieron el camino más fácil al inicio y después, pues gracias a ellos pude encontrar esta técnica que a mí me sirvió.

Esa es la razón por la que suelo recomendar que se acuda a un profesional en casos en el que se esté bloqueado o «muy herido», porque es más fácil y más rápido, sobre todo si os sucede como a mí, que me vino a la cabeza una idea … cuantos años tengo ¿? ¿voy a vivir con miedo … ? ¿voy a dejar de vivir  … ? ¿voy a dejar de ser yo por …? ¡estaría bueno!

Cuando queremos, todo es posible.

Crédito: A Dana, gracias :)

6 comentarios sobre “Cómo superé ataques de pánico: Del miedo a la cautela

  1. Los ataques de panico suceden sin previo-aviso, pero muchas personas llegan al punto en la que no pueden controlarla, pero un poco de modificacion en nuestra forma de pensar puede ayudar a salirnos de esto.

    Me gusta

  2. Muy buena tu publicación Mercedes. No he tenido ataques de pánico pero tengo gente que me rodea que sufre de algunos recurrentes y me he sentido muchas veces impotente. Esto me da algunas luces de qué podría ser útil.
    Un abrazo y buen otoño allá al otro lado del Atlántico

    Me gusta

  3. Muy buenos días, Mercedes y amigos y amigas de El Armario.

    Muchas felicidades por tu progreso personal e íntimo para la superación del pánico que durante tiempo te estuvo molestando y que, quieras que no, de algún modo todavía debe rondar por ahí haciendo de las suyas. Aun así, tu valentía y esfuerzo están siendo, como bien expones, de gran utilidad para la relativización del problema y para la puesta en marcha de esas fantásticas estrategias que explicas que tanto te han generado en clave positiva. Es digno de admiración y te felicito también, Mercedes, por la valentía de expresar públicamente tu experiencia para que pueda servir de testimonio y ayuda para tantísimas personas que puedan estar sufriendo miedos, fobias y pánico de la misma, aunque con matices siempre, índole.

    Mi experiencia profesional me dice que, en estos casos, encarar el pánico desde la voluntad es una magnífica estrategia para conseguir los resultados que, afortunadamente -y cúanto me alegro por ti-, estás consiguiendo. Me parece genial, pues, que hayas enfocado tu caso des de lo más práctico de la cuestión, es decir, desde la relativización del miedo y a través de esas preguntas tan generativas que te fuiste lanzando a ti misma: ¿y para qué el miedo?, ¿de qué me sirve?, ¿cómo me limita y en qué alcanzaré la libertad cuando desaparezca? Observar que todo cuanto uno/a ha hecho y puesto en práctica hasta el momento no ha servido de nada es el principal punto de partida para la relativización y resolución del problema, cualquiera que sea su naturaleza y su causa. Entender que hay muchas otras maneras de proceder y hallar la motivación suficiente para dar con ellas y ponerlas en marcha, el primer paso a la acción y la resolución del conflicto interno. Insisto, Mercedes, admirable. Recibe mi apoyo, abrazo y gratitud por la sinceridad y la valentía.

    Un abrazo para ti y para todos los amigos y amigas de El Armario, fuente continua de gratas experiencias y aprendizajes.

    Me gusta

    1. Hola Joan, buenos días y muchas gracias por tu comentario.

      La verdad es que es los traumas y los bloqueos, aunque no sean fáciles de vivir o de superar, son una buena fuente de aprendizaje que te hacen más fuertes segúnlos vas superando, superación, por otra parte que cada vez se hace más «compleja», según vas entrando en nuevos niveles, más sutiles, en los que también te afectan, como bien expones en tu comentario. Pero, por otra parte, así es la vida, sobre todo a partir de ciertas edades ¿no te parece?

      Lo dicho, muchas gracias por tu comentario.

      Un gran abrazo,
      Mercedes :)

      Me gusta

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.