Petición: Cómo superé mi violación

He tenido una petición de que cuente las técnicas que me ayudaron a superar la violación. He pensado que quizás alguien más esté interesado.

Aviso: es mi experiencia y lo que a mí me sirvió, ni menos, ni más. Ignoro si es o no de manual. Hablo de mi vida y de mi experiencia:

Cuando me explotó el recuerdo de mi violación (*)… lo primero que hice, bueno no lo hice yo, vino por sí mismo, fue revivir todo lo que pasó … la diversión de conocer nueva gente, la expectación ante la exhibición deportiva … la curiosidad de cómo sería aquel complejo por dentro … el impacto … la mano … el terror … el intentar gritar … el dolor … bueno, todo … lo reviví una y otra vez …

A partir de aquí van mis pasos, es decir a partir de ser consciente del hecho:

1º Reconocer la violación. Reviví el dolor hasta que dejé de analizarlo y sólo sentí dolor y sólo dolor. Pasó porque pasó …. aunque hubiera ido vestida de monja, hubiera pasado. Cuando acepté este hecho pude comenzar a exteriorizarlo.

2º Cuando lo exteriorices, asegúrate de que la persona a quien se lo cuentes es una persona cariñosa, tierna, que te va a escuchar y que te va a dar ese abrazo cuando tú lo necesites. Mi primera experiencia fue de horror. La segunda tuve ese cariño y esos abrazos y ahí sí que sentí que ponía la primera piedra. Cuánto más saques mejor.

3º Llora acompañada. Al principio me costó -no veas cómo tenía de bloqueadas mis lágrimas. Cuando acabé con «ese tipo de lágrimas» comenzó la rabia. Son lágrimas de desahogo.

4ª Si eres de mi tipo aceptar la rabia. Sí, las mujeres buenas sentimos rabia. Una vez aceptada sácala.

Te cuento el ejercicio que yo hice:

Limpiar a golpe de palo de escoba mis sofás, al son de música de tambores y un cogín a mano para poder sacar el grito.

El primer día, aguanté apenas 10 minutos, me sentía, frustrada, irritada y rídicula … era incapaz de gritar y el grito que intenté más parecía un graznido y, de golpear, ni os digo …

El segundo aguanté algo más. Intenté dos gritos. Resultado igual pero distinto y fluía por la garganta mejor -el primeró me dejó las cuerdas vocales y la faringe hechos polvo. En los golpes, fui increscendo.

Y, así, cada día un poco más hasta que pude dar el grito y golpear con odio, que se fue transformando en rabia y de rabia a sinsentido. Pasé de ver un hijo de puta a un pobre enfermo desdichado …. y ahí paré …. tenía poco sentido (recomendación, cambia el palo de madera por algo lo suficientemente flexible como para que absorba parte del golpe y lo suficientemente duro como para poder golpear -tipo manguera de regar-. Con algo tan duro como un palo, te puedes hacer daño).

Me llevó una semana.

5º De la rabia pasé a la tristeza y ahí pude llorar a solas. Son lágrimas diferentes a las del desahogo. Son más dulces. Déjate llorar (yo estuve 4 días de baja).

De la tristeza pasé a la euforia. Había «vencido» a mi primer dragón y digo «primer» porque yo, entonces, pensé que era EL dragón. Atención a la euforia. Ve prevenid@ aunque también recuerda que narro MI experiencia y, por lo tanto, MIS dragones. Si tú tienes 10 ó 1 ó 1/2 … eso lo sabrás con el tiempo, pero aunque sólo fuera 1, mejor, al principio sobre todo, con cautela.

6º Aprovécha esta etapa para hablarlo. Da igual con quien, lo importante es sacarlo, aunque por propia experiencia recomiendo calidad a cantidad. Cuanto más confianza, mejor porque podrás profundizar más en toda la experiencia y cuanto más profundices más cobra sentido tu vida (cómo te ha influido, las repeticiones, las conexiones, etc.) y antes puedes ponerle remedio.

Llega un momento en el que vuelve a llegar el vacío y tampoco el exteriorizarlo ya tiene sentido. Así que de la euforía fui pasando a la saturación, al cansancio y a la apatía. Tanto tiempo perdido, tanto tiempo malgastado, tanto tiempo muerto ¿para qué? … y ahora ¿qué?

7º permítete ese sentimiento … al principio fue de victimismo, puro y duro y si además estás como yo estaba entonces, hiper-perfeccionista, hiper-responsable e hiper-sensibilizada, me creó unas comeduras de tarro que no veas. Bueno, pues hasta que me saturé y me aburrí … es decir … bien vale, todo eso está muy bien y ahora qué y comprendí que era ese qué el que me tenía enganchada … fue entonces cuando pude comenzar a dejarlo atrás y a mirar al futuro.

Yo lo pasé la mayor parte a solas con mi diario y di un gran salto cuando encontré a un hombre con quien lo pude compartir medianemente en profundidad. Ahí me sentí como una heroina. Sentí que esta vez sí que había matado a al dragón … así que de la apatía comencé a subir hacia el orgullo. Y aquí cuidado, pasé primero por la soberbia. Pero sinceramente creo que con una inseguridad y autoestima tan baja como la que tenía, era necesario ese paso hasta llegar al equilibrio.

Y al mismo tiempo:

• Reaprender a ver a los hombres. Poco a poco fueron pasando de violadores a acosadores a malpensados … en fin, caballeros, mis disculpas … ha sido todo un proceso volver a miraros y sólo ver a una persona.

• Aprender a quererme … mira ahí me sirvió un consejo de un amigo … «hazte unos huevos fritos con el mismo cariño con el que se los harías a tu persona más querida».

Bueno, no sé si es bastante o si me dejo en el tintero algo importante. Si precisas más información dílo.

Aviso y reitero que lo cuento porque si me sirvió a mí y a alguien le puede venir bien, genial y sino, pues adelante, que esto lo estoy dejando atrás.

Por favor, abstenerse borderías e intentos de rebatir lo que aquí digo.

Cualquier comentario será bien recibido si es para aclarar, profundizar o en plan bien.

¿Y que cómo me siento ahora? cada día mejor, lo que antes podía llevarme a recaídas, ahora son cada día pasos más firmes. Y se supera y se deja atrás, vaya que si se logra. Ahora eso sí, es un proceso y además yo me lo imagino en espiral: vas sanando bloqueos a niveles cada vez más sutiles.

Y recuerda que todo proceso conlleva su tiempo hasta que comienzas a ver los primeros resultados. Persiste y ten paciencia contigo mism@. Llega un momento en el que el premio se da en el día a día, merece la pena.

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(*) Entrada relacionada: Superando una violación