Desarrollo competencial: Competencias de presente

Competencias tácticas (C-M Plazo): Aquellas con las que actuamos en el presente, para llegar a los resultados esperados y deseados:

– Orientación al proceso y a los resultados.
– Orientación al cliente/proveedor/colaborador.
– Capacidad de crear, innovar y transformar.
– Pasión por lo que hace.

Orientación al proceso y a los resultados:

Esta competencia merece un punto y a parte.

Proviene de la competencia “Orientación a objetivos” que, durante años, ha sido una de las competencias clave en las organizaciones, como motor del desarrollo llevado a cabo por éstas.

Su preponderancia sobre el resto de competencias, ha hecho que de motor se convierta en freno, al llevar a una disociación entre objetivos y resultados y, como consecuencia, poner en riesgo la sostenibilidad a medio y largo plazo de proyectos empresariales.

Los objetivos han de ser indicadores de ayuda en la consecución de resultados y deberían de tener en cuenta características de este tipo:

– Orientación a la calidad: Positivos y constructivos: Ej.: Porcentaje de quejas (Orientación a Objetivos) Vs Porcentaje de felicitaciones (Orientación a resultados).

– Orientación al incentivo: El “incentivo”, tanto para la empresa como para el profesional, se debería encontrar dentro del propio proceso de consecución del objetivo.

– Orientación a soluciones y al clima: Ej.: Porcentaje de errores (OBJ) Vs Porcentaje de mejoras y nuevas actualizaciones (ORS).

– Orientación a la productividad y a la competitividad: Ej.: Recorte de gastos (OBJ) Vs Optimización de tiempos y recursos (ORS).

– Orientación a la convergencia y cohesión de intereses: todo objetivo que cree divergencias entre departamentos o entre alguna parte implicada, lleva a divergencias que serán fuente de malestar y pérdidas de tiempo y energía en su posterior solución. Todo objetivo convergente crea sinergias de actuación y de energía invertida en el mismo.

– Orientación a la acción: Evolucionables: Los objetivos han de ser lo suficientemente flexibles como para que permitan márgenes de acción y actuación, en función de aquellas variables que se desconocen en el momento de fijarlos.

Una empresa que potencia este tipo de competencia, se garantiza un marco de actuación, en el presente, que favorece el crecimiento, la sostenibilidad y el retorno de la inversión a medio y largo plazo.

Un profesional que desarrolla esta competencia, se garantiza su capacidad de actuación ante contingencias y su posibilidad de desarrollo en diferentes situaciones, mercados y sectores.

1. Planificación y organización: Planifica y organiza de forma autónoma su agenda, respetando tiempos y agendas ajenas. Establece, de modo efectivo y estructurado, acciones, recursos, marcos temporales e indicadores de control para llegar a los resultados deseados.

2. Gestión de imprevistos: Se adapta y gestiona eficazmente los imprevistos que surgen, incluyéndolos en su agenda y fijando o redistribuyendo prioridades.

3. Orientación a soluciones: Ante contingencias, busca soluciones en función de prioridades. Pasada la situación reflexiona sobre ella, analiza y busca las nuevas variables a tener en cuenta e incorporar en próximas situaciones (aprendizaje) para dar una solución permanente o para mejorar el proceso.

4. Fijación de objetivos: Busca objetivos convergentes. Tiene objetivos asociados a resultados. Busca que satisfagan a las partes implicadas y que su beneficio se encuentre en el propio proceso de consecución del mismo.

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